Habitas a un océano de pájaros
a cinco
horas en avión
a un
parpadeo de mis ojos.
Él edificó
Sao Paulo
lo sé, pues
las manzanas guardan gusanos
las barras
de acero enredan las nubes
los
habitantes de las favelas
se
desplazan a vivir en los altares de las iglesias.
─A
las 6pm la gente abandona las fábricas el brillo de sus pupilas fue mutilado
por tedioso silbido de las máquinas. Se inmovilizan en el borde de la línea
amarilla a espera del tren.
Ignoras que
tu iris refleja mis estrellas desaparecidas
tu
respiración es daga hundida en cuerpo ajeno
a mi lado
traes la calma del trueno que ya erosionó.
Quiero de
tu mirada el gris cuando tienes
la presa
entre los dientes.
Ir a ti es
ingresar a una casa en llamas
caminar
descalza por el único camino en brasas
ser herida
por el fuego entrecruzado
olvidarse
de lo preciado de la vida.
Huir
de mí.
─Contempla a los pájaros arrancarse sus ojos en pleno vuelo, cómo se
estrellan en los vitrales de las cúpulas de las iglesias y salpican sangre a
los transeúntes.
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